delos Julio de los Reyes
Aproximación a la obra pictórica de delos ó la poética del color
En el arte mexicano presente y pasado, actualidad e historia, conviven y se complementan, así lo afirma David Barro con motivo de la muestra de la Colección Gelman de arte mexicano que se presentó en La Coruña hace poco más de dos años (1). En la pintura de Delos convive la nostalgia de cierta iconografía popular mexicana con el gusto por las grandes manchas de color abstractas que sitúa como contrapunto en el fondo de sus lienzos. Pues es que Delos aunque nació andaluz, se hizo mexicano en Cuernavaca durante muchos años, para finalmente volver al sur y ser malagueño. Su pintura posee gran exuberancia de colores emulsionados sobre los que reposa una línea de carácter sugerente, así como suntuosas texturas que evocan la obra del pintor nacido en Oaxaca (México), Rufino Tamayo o los grandes lienzos que a veces crea el también pintor latinoamericano Alfredo Prior llenos de iridiscentes colores. Y si nos remontamos un poco más atrás en la Historia del Arte decir que sigue la estela que dejó Turner en el color, la atmósfera y la luz.
Hay un gusto por lo popular en las mujeres de semblante tranquilo, en sus recreaciones de altivos y desdibujados gallos, los rústicos bodegones, sus paisajes cezannianos, en los sencillos floreros o en sus alusiones a la música a la que está muy unido. Sus tímidas mujeres de rasgos indígenas tocan sus cabezas con largos pañuelos dejando entrever perfiles melancólicos, rostros serenos donde a veces asoma la resignación. Las sitúa de espaldas, bailando, durmiendo, en grata espera o charlando, actitudes cotidianas que no reflejan un tiempo concreto porque aducen a la intemporalidad. Cuando aparecen solas recurre casi siempre al primer plano, si por el contrario las agrupa utiliza planos consecutivos creando profundidad al ir desdibujando las figuras en los planos más alejados. Son inspiradoras de sensualidad, de cierta soledad arropada de nostalgia que evoca una bucólica poesía tan latente en todo el conjunto de la obra de Delos. Son personajes anímicos que remiten al simbolismo presente en toda su pintura.
Sus paisajes de casas, pueblos o lugares concretos presentan la misma sucesión de planos que vemos en las figuras, y están ejecutados desde un punto de vista bajo que permite se eleven por encima de nuestros ojos y adquieran profundidad y grandeza. Ellos también aparecen envueltos en esa atmósfera o bruma cromática envolvente que amalgama algunas estructuras, dejando el resto a merced de una línea definidora y delimitadora de volúmenes. Construcciones que tienen el alma que le proporciona el hombre que las habita. Los bodegones y naturalezas muertas de Delos son sencillos pero de gran profundidad volumétrica y estructurados –al igual que el resto de su temática- en progresión, con objetos de distintos tamaños delimitados sobre el fondo de luces y color particular del autor.
Texturas, luces, veladuras, color sensitivo, superposición de matices cálidos y fríos, fusión de fondo y forma, son elementos que conforman los pilares fundamentales en los que se asienta su pintura. Pero quizás, aunque parezca paradójico, sea el fondo abstracto de sus lienzos el que marque la pauta expresiva en sus obras. A sus palabras me remito: El comienzo y proceso de todos mis cuadros es abstracto. En esos momentos no me interesa definir tema, dibujo, etc., sino exclusivamente crear un clima pictórico estimulante a base de color y textura… Probablemente es a esas a estas alturas cuando siento más intensamente el placer de pintar, cuando la materia y el color hablan por sí mismos.
La pintura de Delos se mueve entre la abstracción y lo determinable, entre la idea y la razón, lo impreciso y lo identificable. Tal vez sea toda su obra una metáfora adornada de color, de riqueza cromática que atañe a los sentidos y que sacude al sentimiento. No imita la realidad sino que construye un cosmos que habla de certeza e ilusión, de vigilias y sueños. Sus mujeres no son retratos sino actitudes, sus paisajes no son piedra ni madera, sino paraísos que a veces soñamos. Podemos hablar de realismo mágico, realismo que deja paso a la ensoñación. Y ha paseado su mágica realidad por ciudades como México, Nueva York, New Jersey, Taiwán, París, Vence, La Rochelle, Lausanne, Nimess.. hasta llegar a la que por ahora es su última exposición individual en Málaga.
Modest Cuixart dice que estar en contra de la belleza es una moda vieja, aunque para algunos siga vigente. Creo realmente que la pintura de Delos, tiene una característica fundamental que yo definiría como bella.
delos Julio de los Reyes